Leyendo una revista científica me encontré con
este texto, que inmediatamente me trajo a la memoria una vieja discusión
con un monje negro del fotoclubismo argentino:
Un grupo de científicos colocó cinco monos en una
jaula y en el centro de la misma una escalera con muchas bananas. Cuando
uno de los monos subía la escalera para agarrar las bananas,
los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre
los que quedaban en el suelo. Luego de algún tiempo de repetir
esta operación, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros
a la fuerza se lo impedían.
Pasado algún tiempo, ningún mono subía la escalera
a pesar de la tentación que significaban las bananas. Entonces,
los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa
que hizo el nuevo fue subir la escalera, siendo rápidamente impedido
por los otros con fuerza y peleas. Después de algunas palizas,
el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido y ocurrió lo mismo. El primer
nuevo integrante participó con entusiasmo de la paliza al novato.
Un tercero fue cambiado y se repitió el hecho. El cuarto y finalmente
el último de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron entonces con un grupo de cinco monos
que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría,
continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban
a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:
"No se, aquí las cosas siempre se han hecho así..."
Yo me sigo preguntando, el hecho de que las cosas siempre se hayan
hecho así, ¿justifica la no evolución de la fotografía
artística argentina? ¿Justifica que los viejos esquemas
estéticos se repitan hasta el cansancio? ¿Justifica...?
Humberto Farro
Editor