La Constitución Argentina garantiza el derecho de opinión, pero en los últimos años globalizados pareciera ser que éste, cuando se lo usa para criticar al poder, es en realidad un delito.
Solemos leer quejas de numerosos medios sobre la discrecionalidad con que el Estado reparte sus publicidades a quienes son más complacientes, pero ésto no es algo exclusivo del Estado, sucede con la misma asiduidad en distintos lados, en el ambiente fotográfico también, ya que si de ética y principios hablamos no hay diferencia alguna, por ejemplo, entre una publicidad de miles de dólares y otra de pocos pesos.
No deja de ser deprimente el comprobar cómo quienes ostentan algún poder, por mínimo que éste sea, lo utilizan contra los medios que osen hablar mal de ellos, directa o indirectamente, justificadamente o no, eso no importa.
En FotoRevista sabemos que el "delito de opinión" se paga, pero es un precio que estamos dispuestos a pagar en favor de la libertad de prensa, por más que nuestras opiniones molesten a los reaccionarios de siempre o a algunos "progresistas" que en el fondo no difieren demasiado de éstos.
Humberto Farro
Editor Responsable