Guillermo Otero explota las virtudes de esta máquina de mirar. Incansable, transita por el planeta reteniendo instantes que son, al mismo tiempo, fugaces y únicos.
Cada fotografía es un punto de vista y un relato. La memoria de un suceso acopiado para la posteridad y la materialización del deseo de proyectarlo a la manera de una declaración personal.
Sus fotografías registran ámbitos urbanos y naturales, poblados y solitarios, turísticos y anónimos, familiares e ignotos, del interior y el exterior de nuestro país. Del cotejo de esta vasta producción surge una suerte de estudio sobre el mundo contemporáneo con su extraño sincretismo de regionalismo y globalización.
Las series que estarán presentes en la muestra son:
-El amanecer no dura toda la mañana, todas las cosas deben morir
-Fieles y pelegrinos: todos quieren ser Messi
-Las cosas brillantes siempre salen de repente