FotoRevista-->Notas y Noticias de Fotografía-->Notas y Noticias 

Entrevista con Oscar Pintor

Publicado: 22-04-2009
3290 visitas desde el 13/08/09

Por: Gustavo Arrivillaga

Chivilcoy, Bs.As., Argentina
http://www.arrivillaga.com.ar
Imprimir esta página   Volver
 
  Tweet El fotógrafo argentino Oscar Pintor inauguró la Fotogalería 22 del Museo Pompeo Boggio en la ciudad de Chivilcoy, hace ya 20 años.
Hoy, por la invitación que le efectuara Daniel Muchiut –actual curador de este espacio- regresa con un nuevo trabajo llamado “Restos de una inundación”, que puede visitarse desde el 21 de marzo hasta el 10 de mayo. La liebre dialogó con él en su hotel, un par de horas antes de la inauguración de esta importante y novedosa exposición. 

Quien observa su trabajo fotográfico, especialmente las imágenes obtenidas entre los años 80 y 90, va a notar una gran diferencia con respecto a las fotografías de la serie “Restos de una inundación”. ¿Se siente más identificado con sus trabajos anteriores o con esta fotografía en la que lo digital tiene una singular importancia?
“Restos” para mi surge tal como lo cuento en el programa (ver recuadro), como pasó realmente, no adorné nada, es la realidad. La verdad es que el hecho de dejar la fotografía durante un tiempo fue bastante traumático, porque ha sido y sigue siendo una gran pasión para mí. Y fue doblemente traumático cuando llegué a un punto donde me faltaba encontrar tema. Me costaba encontrar cosas que se impusieran suficientemente fuertes como para ir y hacer la obra. Me daba la impresión de que todo lo que veía ya estaba hecho. Si bien tengo series, son series que se formaron solas, no es que yo me propuse hacerlas. De golpe, yo en mi retrospectiva tengo retratos, interiores, nocturno, la serie de las paredes pintadas, 7 u 8 series que no las planifiqué como tales, pero que están juntas, se arman solas. Para mí eso también requiere un gran esfuerzo de encontrar. Era una presión que cada imagen fuera suficientemente fuerte por sí y que cumpliera con algo muy personal, de auto exigencia. Eso tuvo que ver, creo, con un agotamiento de la búsqueda. He tratado de dilucidar todo este tema, no he podido. ¿Por qué surge Restos? Lo que tiene Restos es que me hizo sentir de vuelta algo en la boca del estómago. Cuando con el cuenta hilos empecé a ver ese material, pensé: acá hay algo. Y empecé a revisar, empecé a escanearlo, a ampliarlo, a trabajarlo, y a encontrar imágenes impresionantes. Bueh, “impresionantes”, no es nada nuevo, no son imágenes para mí nunca vistas, originales. Hay gente que ha trabajado transitando en su obra el tema del tiempo y del deterioro. No es nuevo, pero tuvo la virtud de meterme de vuelta en la fotografía por otro camino totalmente distinto. Yo no salí a hacer fotos, las fotos ya estaban hechas, y deshechas. Reconozco que incluso algunas de esas fotos no sé si las hice yo. Seguramente las hizo mi hijo. Son todas familiares, sacadas en los viajes, yo las tenía tiradas, para mi no tenían ningún valor físico, obviamente. Empecé a analizar qué hacía, porque por un lado era como que estaba traicionando toda la estética que yo había hecho hasta ese momento con algo que no tenía nada que ver. Eso me hacía dudar bastante, yo lo disfruté muchísimo y volví a disfrutar la fotografía, el laburo. Estuve 3 años trabajándolas y dándole. Son en total 60, algunas que me parecen reiterativas; acá mandé 15. Dudé bastante en hacer la muestra, no estaba seguro si realmente tenía el nivel o valía la pena. Al primero que se las mostré fue a Marcos Zimmerman, que le encantó; ya tenía una opinión. Después se las mostré a Marcos López y me dijo: “es muy interesante, muy interesante”. Eso, nada más. En lugar de decirme: “no me interesa un carajo”. Yo lo respeto totalmente, él está en otra onda. Y además a Marcos López le encanta toda la obra anterior. No hay mucha gente a quien pida su opinión, muchos te dicen que está fantástico, pero en realidad lo hacen para quedar bien. Seguí adelante y me empezó a gustar a mí también. Y el puntapié final lo dio Juan (Travnik) cuando me dijo que quería hacerme una muestra en la Fotogalería (del Teatro San Martín). Esa fue un poco la historia. Por otro lado, yo le veía muchas puntas teóricas y conceptuales; yo no sirvo para escribir, me cuesta conceptualizar, pero hablé con muchos críticos que encontraban muchas puntas para escribir. Por un lado, rescato que sigue cumpliendo con un principio que yo respeto que es la estética del hallazgo. Mi obra se basó un poco en eso, buscando y encuadrando, encontrás la fotografía. Yo siempre digo que es la fotografía la que encuentra al fotógrafo, es ella la que te está esperando de alguna manera. 

Sí, también hay que tener entrenado el ojo como para verla.
Justamente. Hay una cuestión de ida y vuelta. Y en este caso de la inundación es lo mismo en realidad. Yo pensé: esto ya está hecho. Sí, pero tuve que encontrarlo, encuadrarlo, trabajarlo por el color, negativo, positivo, continuas decisiones que uno tiene que ir tomando en cada uno de los cuadros. O sea, que sigue siendo la estética del hallazgo esto también. Por otro lado, referido a un contexto social, político, yo veía cómo estas fotos se fueron haciendo: estaban, se hicieron y se deshicieron dentro de un contexto en que el país también se deshacía, se desarmaba, se arruinaba. Era una época donde se viajaba, se salía, iba todo fantástico, la época del deme dos, pero por abajo se estaban comiendo los cimientos sin que nos diéramos cuenta. Eso me respaldó de alguna manera la estética. 

Restos fue elaborada con métodos digitales, con la última tecnología, ¿es así?
Sí 

¿Le parece que la fotografía digital esté poniéndole la lápida a la analógica?
Partamos de la base de que la técnica terminó con 150 años, 200; en lo cuales la base no cambió: el material sensible, la luz, la ampliadora: eso terminó. Y mirá que hubo adelantos, avances, máquinas y papeles . . . Sin embargo, la base de la cosa cambió con la digitalización: chau cámara; es otra cámara, se trabaja de otra manera, con una computadora básicamente, las copias también tienen que ser distintas, hay que olvidarse de la copia ampliadora, de los líquidos, de toda una mística que tenían los fotógrafos; el cuarto oscuro. Todo eso es un corte muy drástico, muy rotundo. De todas maneras, para mí, hay mucha gente que se ha dividido, que le gusta la fotografía analógica, copiada, bien copiada en papel. En la muestra (en el Teatro San Martín) mucha gente estaba convencida que eran fotos analógicas. Vos viste las copias, no te digo que sean guau, pero… Yo tengo copias de aquella época y otras hechas a raíz de la muestra, actuales, que para mí son superiores; la calidad de la copia en sí, porque yo no era un gran laboratorista, me costaba un huevo lograrla, pero trataba de hacerlo lo mejor posible. Con el tema digital es muchísimo más fácil, mucho más controlable todo y con un resultado bueno. Claro que una cosa es la copia en papel y otra la digital, si bien ahora se van acercando cada vez más con los papeles especiales. Hay poco argumento te diría, excepto para el tipo que realmente es artesano que sigue copiando, revelando, lo cual respeto totalmente. Sinceramente creo que se va a seguir haciendo ese tipo de trabajo, pero va a quedar en un reducto de fotógrafos. Hay tipos que siguen trabajando con cámaras con placas de 20 por 25 centímetros. Yo pienso que lo importante de la fotografía es la imagen. 

¿Cómo ve la fotografía de nuestro país en relación a lo que puede apreciarse en las más grandes galerías del mundo o a través de internet, que en algunos aspectos no deja de ser una gran galería virtual?
Sinceramente después de haber estado este tiempo como afuera, me refiero a que cuando uno no esta produciendo no tiene las antenas paradas mirando todo, sin embargo he seguido disfrutando la fotografía, veo muestras, leo libros, pero no estoy con la cosa fina de saber quién es el último que apareció y qué imágenes hace. Pongamos así, por un lado la fotografía argentina en el mundo se ha ganado un lugar que es inevitable en función de la globalización, porque no podemos negar que la globalización ayuda a que todo trascienda. Poner la obra en internet te permite que otro, desde cualquier lugar, tenga acceso. Yo pienso que mucha de la fotografía que se está haciendo en Argentina está detrás; algunos muy honestamente y con mucha creatividad y mucha pasión y la gran cantidad, copiando ondas –de alguna manera-, modas. No quiero dar nombres porque no me siento capacitado para criticar directamente porque hay gente que tiene su mérito y su laburo coherente detrás de la cosa, ¿no? Pero creo que hay que saber quién está trabajando honestamente y buscando el camino y quiénes se agarran de ciertos elementos. Creo que cada vez se pierde más el límite entre la fotografía y la pintura, creo que una de las cosas más importantes que ha pasado es que la fotografía ha pasado a formar parte de las artes visuales y compite casi de igual a igual con la pintura. La fotografía está de moda, eso también desvirtúa un poco la cosa. Al estar de moda se le da paso a cualquiera que proponga cualquier cosa, que está tocando a la instalación y a la pintura, a lo conceptual. Pero está bien, yo respeto todo porque creo que si la gente se expresa es válido, aunque lo haga copiando. La posteridad y los años decantan mucho, decantan todo. 

Usted debe haber visto la obra de muchos autores argentinos, ¿Podría nombrar a algunos cuya labor lo haya impactado y nos cuenta por qué?
Me cuesta mucho hacer nombres porque básicamente tengo una memoria mala. Por ejemplo el Núcleo de Autores Fotográficos éramos 12 y ya no recuerdo los nombres. Tengo que agarrar la lista y leerla para acordarme (Se refiere a Enrique Abbate, Alfredo Baldo, Becquer Casaballe, Hugo Gez, Eduardo Gil, Eduardo Grossman, Juan José Guttero, Marcos López, Gianni Mestichelli, Ataúlfo Pérez Aznar, Olkar Ramírez, Oscar Pintor).

De todos ellos quedaron 4 o 5 sosteniendo la obra.
Sí, con una obra importante, sí. Por eso no doy nombres. Pero creo que hay una astucia muy vigente. Sobre todo me gusta rescatar gente como Daniel Muchiut, que viven en lugares tan apartados del centro de las cosas y siguen produciendo y siguen haciendo una obra importante. Otro es Cayetano Arcidiacono que tiene una obra de la puta madre y sigue, y sigue y ahora tiene una muestra que se la merece en el Museo de Bellas Artes. Siguiendo con la cosa puedo nombrar a Daniel Barracos, si bien ahora está un poco planchado con la fotografía me da la impresión, tenia muchas dudas, hizo un libro donde escribe, más que nada escribe y hace dibujos. Hay un tipo que me impresiona también mucho por la polenta que tiene y cómo se maneja, el tucumano Julio Pantoja. No puedo dejar de nombrar a Juan (Travnik), Marcos López me gusta, si bien está un poco comercializado de alguna manera, tiene una onda que es normal en el mundo de la pintura, que es producir, la producción. En pintura te agarra una galería y te dice: “yo te vendo pero tenés que producir tanta obra por mes”. Y por otro lado creo que la fotografía clásica, la foto directa, se ha revalorizado afuera, en el exterior. Por un lado me parece bien, pero por otro el mundo sigue andando y es válido todo lo que se está haciendo, lo cual me gratifica. 

Es casi inevitable que quienes hacemos fotografía recibamos influencias de otros autores. ¿Quiénes han sido los autores de los que Oscar Pintor ha recibido influencias, si es que los ha habido?
Si, uno que nombro siempre es Humberto Rivas. Es un fotógrafo excelente y tiene una producción muy rica. Ahora está enfermo, me han dicho que algunas cosas todavía hace. También fui a ver la obra de Álvarez Bravo en el Malba. Las copias son chiquitas, tienen la virtud de ser de la época. La mayoría ya las conocía. El concepto de la fotografía es el instante. Si vamos a eso Henri Cartier- Bresson es el mejor ejemplo de capturar el instante. Yo no podría hacer eso, pero más allá, entiendo que en su obra es donde se define realmente la fotografía. La máxima capacidad de congelar ese momento, ni el anterior, ni el posterior. Ese instante. Ni siquiera es cine, a pesar que el cine nace de la fotografía. Ese instante es fotografía. Robert Frank es un intermedio, porque él también se toma su tiempo, es muy humanista. Pensando en referencias me acuerdo mucho de Bullock, Walker Evans.

¿Puede un autor en nuestro país vivir de la fotografía?
Es muy difícil, muy difícil. Por lo menos por lo que yo pregunto y veo, hay muy pocos que estén viviendo de eso y viviendo dignamente. Puede vivir Travnik, dignamente, hace mucho que no hablo con Eduardo Gil, no sé él. La mayoría se la tiene que rebuscar con otra cosa. Quienes viven bien es porque tienen representantes en Estados Unidos, Europa, acá también. Tienen mucho de producción, si tenés eso, podés vivir. Quizás te alejás mucho de lo que es la fotografía, pero si podés transmitir y conmover, de alguna manera está bien. Yo soy muy amigo de Marcos Zimmerman y puedo decirte que por lo menos el 50 % del tiempo es burocrático. 

¿Se refiere al merchandising de la obra, el contacto con las galerías?
Totalmente. Y es desgastante. Hay que hacer mucho lobby. Yo siempre he vivido de otra cosa. Lo que he hecho de fotografía lo he hecho por pasión, porque necesitaba hacerlo, pero no por plata. Y ahora me entusiasmaron con que podía vender, que ya estoy instalado y me convencí con empezar a darle más bola, por lo menos a promover la obra que tengo. Pero me doy cuenta que es muy duro. Aparte, todos los proyectos, todas las puntas que se te presentan se diluyen enseguida. Y afuera es complicado. Por eso admiro a los fotógrafos del interior que hacen cosas a tanta distancia del centro, de Buenos Aires me refiero. 

¿Le parece que en nuestro país -y en el exterior- está cambiando considerablemente la forma de montar exposiciones? Lo pregunto porque, por lo que puedo observar, se recurre bastante seguido a verdaderas instalaciones más que a la forma ortodoxa de mostrar imágenes.
Depende mucho del tipo de fotografía y del tipo de propuesta. La fotografía directa, clásica, pienso que tiene que estar enmarcada, con cierto criterio. Antes, cuando no había guita, la fotografía estaba desprestigiada, mal colgada, la pinchaban. Yo me acuerdo de algunas muestras que eran una lágrima. Y eso se fue cambiando de a poco. Y una de las cosas que se cambiaron junto con la imagen, con las propuestas de los 80, era hacer muestras bien colgadas. Yo creo que eso sigue vigente dependiendo del tipo de muestra. La instalación para mí es otra cosa, es otro tema que escapa bastante de lo que entiendo yo; puedo llegar a entender una instalación, pero no me animo a abrir juicio sobre ese tema. 

¿Hay alguna foto que no haría?
Yo en general soy muy pudoroso con el tema de las fotos. Me cuesta muchísimo meterme en ciertas situaciones, en ciertos temas. Por eso no hago retrato, no hago fotos de gente, en general, excepto las fotos ésas de Europa porque iba por la calle (se refiere a una muestra exitosa, con fotografías callejeras hechas en Europa). Excepto también los retratos que son retratos posados. ¿Fotos que no haría, en este momento? Todas, casi todas. Estoy haciendo muy pocas fotos. No haría foto especulativa. No haría las fotos de Raota (Pedro Luis), por decirte algo, ni cosas demasiado armadas, el gran chiste para mi es encontrarla, encuadrarla, ahí es donde está el ojo. Yo creo que lo que nos diferencia a los fotógrafos del resto de la gente es esa agudeza en la mirada. Uno ve cosas que no ve el resto de la gente. Y no es una cuestión de privilegio, o sí, pero no significa que uno sea mejor que el resto.

----------------------------------------------------

RECUADRO 1
Sobre Restos de una inundación
Febrero de 1997. A las 6 de la mañana me desperté inquieto con el ruido de la lluvia y la sensación de que algo no estaba bien. Bajé la escalera y a la mitad me di cuenta que la casa estaba inundada. 20 cm de agua cubrían el piso de madera y los ventanales que daban al jardín contenían 60 cm más que pugnaban por entrar. Por un momento tuve la sensación de estar frente a un gran acuario. Un ruido de agua que caía a chorros me indicaba que se estaba llenando el sótano. Mi mujer y yo nos miramos sin creer lo que estaba pasando y la sensación de que no podíamos hacer nada… Marzo de 2005.Llegó el momento de pintar la casa y se amontonaron las bolsas de residuos para tirar. Una de ellas contenía una caja en la que había archivado gran cantidad de fotos familiares; rollos de negativos, slides, transparencias color, copias papel blanco y negro y color. Era una masa informe que recuperé de la inundación y dejé secar con la idea de salvar algunos negativos. Estaban allí olvidados desde aquel día. Antes de deshacerme definitivamente de esa bolsa llena de imágenes borroneadas y pegoteadas les eché una última mirada… Oscar Pintor, marzo de 2007. 

----------------------------------------------------

RECUADRO 2
Curriculum brevísimo
Nació en 1941 en San Juan. Cursó la carrera de Arquitectura durante cuatro años en la Universidad de San Juan. Allí adquirió las primeras nociones de fotografía. En 1979 inauguró su primera exposición individual en Buenos Aires. Paralelamente se desempeñó como Director Creativo en el campo publicitario hasta que en 1982 se independizó, creando su propio estudio de diseño y fotografía. En 1985 creó FotoEspacio, la galería fotográfica permanente del Centro Cultural Recoleta, que dirigió hasta 1987. En 1990 publicó el libro Oscar Pintor, fotografías. Editorial La Azotea, Buenos Aires. Ha expuesto en Argentina, Francia, Brasil, EE.UU., España, Holanda y Bélgica. 

----------------------------------------------------

Entrevista por Gustavo Arrivillaga
Publicado originalmente vez en: http://www.laliebredechivilcoy.com.ar/?p=460 Foto 1   FotoRevista no asume ninguna responsabilidad por el contenido esta nota,
siendo su autor el único responsable de la misma.
  

Comentarios recibidos (0)

 Los comentarios están cerrados para esta nota.   
También te puede interesar
 
La dirección de la mirada
 01/10/2014  Tecnica

La dirección de la mirada

por Michel Marcu
Los pliegues del pasado
 Exposiciones
Cierra: 28/07/24

Los pliegues del pasado

por José Broide
 
  El límite de la fotografía es nuestro propio límite
Home   Favoritos   Atrás   Arriba
 
Quienes somos     Contacto     Reglas de Participación   Las fotografías expuestas en este sitio pertenenecen a sus respectivos autores y no pueden ser reproducidas sin autorización de los mismos.  
  
Concursos Patrocinados de FotoRevista:
Desde 2014 transmitimos nuestros juzgamientos en vivo:
  76° Concurso Mensual FotoRevista   77° Concurso Mensual FotoRevista