En Buenos Aires ha sucedido otra vez el milagro del encuentro, el sagrado momento en donde compartimos lo que somos.

El Foto Club Argentino fue el marco de contención para un esperado momento.

Otros se tomarán el trabajo de la crónica de lo sucedido, de relatar objetivamente lo vívido.

Yo en cambio no puedo más que expresar lo que siento sobre la noche inaugural.

Las imágenes habían llegado de la honorable ciudad de Tres Arroyos y luego de un arduo trabajo de la gente del Foto Club estaban listas para recibir a los invitados.

Fue una noche perfecta.

A las 19 horas comenzaron a llegar quienes dieron el color a la velada.

Humberto orgulloso daba la bienvenida y se comenzó a dar eso que solamente Fotored permite. Ponerle rostro a los amigos que hemos ido forjando a través de la red.

El espacio virtual se hizo real.

Nos encontramos con quienes estaban y quienes no, se encontraron Osky y Bec manteniendo sus diferencias y su respeto.

Llegaron quienes haciendo un gran esfuerzo vinieron de sus provincias natales acompañados de su familia.

Se charlo, se rió, se comió un locro a tono con la gran velada y se bebió buen vino y cerveza, fruto de la gran organización del Argentino.

Recordamos a aquellos que desde otros puntos de este planeta son parte de Fotored y que sin estarlo estaban con nosotros.

Recordamos quedadas y anécdotas. Nos reimos de nosotros mismos al ver que
no eramos como nos habiamos imaginado.

Estuvieron presentes Colombia, España, Costa Rica, Venezuela, Perú, Chile, Estados Unidos, Uruguay y tantos otros.

Fue una noche en la que estuvimos todos, no falto nadie.

Y fue Bec quien con acierto cerró su gran discurso dándole a Fotored su valor real: compartir.

Hemos aprendido a compartir nuestras alegrías y tristezas, nuestros momentos de aciertos y de errores.

Y cerró su discurso de pie al lado de la foto de quien hoy podemos decir que es un símbolo de este foro de discusión.

De pie al lado de la foto de quien fue objeto de la dedicatoria de esta muestra.