Permaneciendo la misma hasta el 31 de Agosto
Llegaron en busca de un nuevo destino, desarraigados, pero esperanzados. Berisso los recibió sin preguntarles de donde venían, ni que pasado habían dejado en tierras de ultramar. Ellos, agradecidos pagaron el gesto con duro trabajo, con voluntad, con sacrificio. Con palabras exóticas y milenarias. Con aromas y sabores nuevos, con dulces melodías, con canciones preñadas de nostalgia; con danzas arrolladoras y endemoniadas algunas y otras apacibles de sutil belleza. Con un vino típico y exquisito (el vino de la costa), con huertas, con jardines. Con niños y niñas de miradas celestes, oscuras y verdes y como si todo ello no alcanzara, fundaron las colectividades, miniaturas de patrias lejanas que hoy se encuentran diseminadas, aquí y allá por toda la geografía de la ciudad.
Cazador apasionado de fugaces y elusivas imágenes, tan bellas como entrañables, Basilio Pawlowicz ha sabido captar, con sensibilidad y maestría, los momentos esenciales de este simbólico, emotivo, y ya tradicional : “ Desembarco de los inmigrantes”, que se viene llevando a cabo en el marco de una : “Fiesta provincial del inmigrante”, que merced a su calidad creciente y a su continuidad interrumpida a lo largo de más de treinta años, se ha hecho acreedora de un merecido prestigio que ya es reconocido mucho más allá de los límites de la región.
Anibal Guaraglia