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Corría el año 1981 y a través de la invitación de un querido amigo, hoy ya ausente, tuve oportunidad de acceder a la comunidad fotoclubística argentina. Eran otros tiempos, de latas de 30 metros de película, y de diapositivas que volvían reveladas de Alemania en una semana.
/ Así ingresé al Foto Club Quilmes.
/ Tuve oportunidad de participar en su HCD, y de colaborar en aquella oportunidad con el Comité Central de la FAF dirigido por Germán Spika y María Angélica Sanfiz. Participé activamente de dos Congresos de Fotografía, uno en Mar del Plata y otro en EXPOFOTO 88. Fui testigo en ellos de verdaderas discusiones, sin cuartel, sobre temas a veces complicados, a veces de conveniencia individual de algún fotoclub sobre otro. Pero la característica omnipresente en esas discusiones era la adjudicación de espacio para las opiniones y las entidades. Se tenía la plena conciencia de que negociar, significa ceder. Se escuchaba hasta la mínima voz del más pequeño. Se organizaba todo con tiempo
Alfredo Rivera