Fábricas que cierran en los caminos de negocios más rentables y menos productivos, y trabajadores -considerados simplemente gastos- que quedan en la calle. Situaciones calcadas unas de otras, sin embargo en algunos casos los trabajadores supieron torcer su destino. Se organizaron y lucharon para formar cooperativas que dieron continuidad a la producción y a sus puestos de trabajo. Las tres fábricas recuperadas retratadas en este ensayo nos muestran un camino. Sus trabajadores no se dejaron dominar por el temor ni por el egoísmo. Guiados por la solidaridad han conseguido una organización superadora recuperarando su trabajo y su futuro.