Salvador de Bahía está allí, para sorprendernos……
Siempre motivado por la curiosidad y el interés por conocer otros pueblos, Oskar Molek encaró esta experiencia con la visión humanista que también puede encontrarse en otros trabajos suyos. “Todos esos territorios de culturas ancestrales y geografías exuberantes despertaron en mi una gran curiosidad y me deslumbraron desde muy joven –dice Molek–. Primero recorrí buena parte de nuestro continente latinoamericano con una súper ocho y una modesta cámara de fotos. Luego y ya más ordenadamente, fui encarando el trabajo priorizando lo fotográfico, pero siempre mi horizonte fue la atracción por lo diferente.
Dejándose llevar por ese deseo de acercarse a sociedades y geografías distintas a la suya, con un interés casi etnográfico, Molek logró construir este testimonio simple y distendido. Quizás en esa misma actitud se encuentre uno de los méritos del trabajo, que muestra la vida diaria de manera sencilla y poco pretenciosa. Una aproximación a los personajes, las escenas cotidianas, los paisajes y las actividades características del lugar a través de una mirada llena de naturalidad, sin ninguna intención efectista ni grandilocuente.
Juan Travnik