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HOLA A TODOS Y TODAS LAS/LOS FOTÓGRAFOS/AS AMIGOS/AS, A QUIENES/ES COMPARTO ESTAS REFLEXIONES DEL DÍA DE LA INAUGURACIÓN DE LA MUESTRA DE DIANE ARBUS EN EL M.A.L.B.A.
Sé que varios de vosotros fueron hasta la puerta del lugar y huyeron horrorizados por la muchedumbre (miles de personas, en serio!, dos cuadras de fila), que se congregó en el mismo, y literalmente me dejaron “de garpe”; pero bueno, el suscripto, horrorizado también, decidió ingresar al evento y evaluar la situación.
Luego de un rato tratando de acceder a la escalera que conduce a la sala, y siendo casi imposible, (iban dejando subir de a pocos y de a ratos, a medida que bajaba equivalente cantidad); ya a punto de claudicar, nos vimos con un antiguo amigo que no veía hace unos años, a la sazón empleado calificado del lugar y muy cercano al propietario del Museo.
Gentilmente y luego de los abrazos de rigor, el mencionado procedió a realizar una pequeña seña al guardia de seguridad y éste descorrió la valla; la muchedumbre quejosa bufaba de bronca, y el guardia impertérrito me dijo: “Sr., por favor por aquí”; y me franqueó el acceso en forma “ipso facto”, cual político de facto, o no.
Ya arriba y dispuesto a contemplar la muestra, la tarea se hizo un poco difícil; y aquí comienza la historia: no digo miles, pero sí cientos y cientos de personas... (personas?, GLUP!, ya verán…...), que se entrecruzaban y empujaban entre sí; cuando concurran verán porqué, dado que la mayoría de las fotos no están colocadas en paredes de corrido, sino de otra forma. Pero el asunto de mi periplo frustrante es otro.
Lo que había y parecían “personas”, era toda la “flora y fauna” del chetaje vernáculo, que pareciera ser asiduo concurrente a muestras de arte, cualquiera sea el rubro. No estaba nadie conocido; no fue oportunidad de cruzarse con un Eduardo Grossman, ni con un Eduardo Gil, o aunque sea con un Marcos Zimmermann, (algo es algo!); sé que puede sonar estigmatizante (los que me conocen saben que no es mi estilo), pero lo de “flora y fauna” en este caso está correctamente aplicado y justificado, dado que algunos parecían plantas (por la quietud), y otros se comportaban como animales (por la movilidad). Literalmente.
Hablan boludeces todo el tiempo, van vestidos (“vestidos”???) y tienen anteojos estrafalarios como como Marta Minujín, con todo respeto..., suben con el vaso de cerveza y/o vino tinto que traen desde el cóctel de Planta Baja (en el que cuando llegaba el mozo con el alcohol y los quesitos, se abalanzaban cual famélicos indigentes a los que siempre critican...), no miran las fotos en directo sino a través de las pantallas de sus celulares (esto merece un capítulo aparte; ya Martín Bossi lo relató en varios reportajes sobre quienes van a los recitales: no los miran en directo, sino que LOS FILMAN TODO EL TIEMPO!!!), fotografían las fotos, filman las fotos, se sacan fotos frente a las fotos, SE TOMAN “SELFIES”!!!, haciendo caritas, o pucheritos, y tardan y tardan y tardan... y además pretenden espacio para que les entre todo en su ínfimo y pedorro ángulo del celular, etc. etc.
Luego uno está viendo una foto a una distancia adecuada y llega el chetito y se coloca exactamente delante obstruyendo mi visión, y no queda otra que decirle: “capo, yo estaba viendo una foto y ahora veo tu croqueta”, léxico barrial del conurbano bonaerense, incomprensible para el susodicho personaje “cool”, que temeroso de toparse con un barra brava cultural que lo ubique a golpes, se desplaza 14 centímetros y medio...
Finalizando entonces, la idea era relatarles que el boludo de vuestro amigo, que se creyó un vivo bárbaro porque logró entrar de chiripa, casi no pudo apreciar la muestra, por culpa de la escasez de criterio cultural de unos jóvenes (allí aparece la envidia del suscripto... se reconoce!), que me hicieron pasar una noche de mierda, y que me lleva a la reflexión final, que seguramente todos entenderán, (pero mejor los ex socios de nuestro querido Foto Club capitalino en el que nos conocimos):
EN LA ÉPOCA DE JUAN Y FEDERICO, ESTO NO PASABA... QUE VUELVAN LOS VIEJOS TIEMPOS, LOS PERDONAMOS!!!
ABRAZO, DE SERGIO JORGE VISSANI.
(Y GRACIAS AMIGOS, POR DEJARME SOLITO EN MI PENA CULTURAL).
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