Hay que dejar que se forme en uno mismo
el negativo de su imagen,
las sombras y los claros cambiados,
los sentidos cambiados,
los abismos cambiados.
Hay que dejar que aflore en uno mismo
la inversion de su imagen,
para poder verse de otro modo,
para mirar las cosas de otro modo.
Hay que dejar que surja en uno mismo
la forma libre de su imagen,
que acople sus imagenes virtuales,
junto con sus imagenes perdidas
y haga un ramo de todas sus imagenes.
Las imagenes que tenemos no nos sirven.
Se desarman como una tela sin marco,
se desploman como espejo de polvo en la muerte.
Hay que obtener el propio negativo
y en vez de revelarlo, socavarlo.
La imagen que tenemos no es la nuestra.
Llevamos una imagen prestada.
Pero su negativo puede ser la entrada
hacia la imagen que si nos corresponde:
el positivo de un pensar
que corrige al vacio.
Roberto Juarroz.