Enviada el 03/04/22 a las 13:51:08 - Obra N° SSER220403135108
"La mujer cubana: Ángel protector, flor y sostén"
Mucha admiración contienen los textos del Héroe Nacional de Cuba, José Martí con respecto a la mujer. En mayo de 1892 el Aposto de la Independencia puntualizaba: “(…) las campañas de los pueblos sólo son débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer, pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer, tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño —la obra es invencible”.
La mujer, en la mayor de las Antillas, a veces anónimas, es protagonista en la esfera científico-técnica, el deporte, la cultural y otras esferas de la sociedad.
Hilda Noy Cánovas es de las féminas a las que el Maestro referencia en la revista La Edad de Oro: “La mujer no es como nosotros, sino como una flor, y hay que tratarla así, con mucho cuidado y cariño…”
Desde joven le fascinaba la Gimnasia rítmica, el voleibol y atletismo. Además, le encanta la naturaleza, el verde de la esperanza, el rojo de la pasión y el blanco de la pureza. Su nombre artístico Inoyka, de la guerrera que lleva por dentro y ángel protector. Es una enamorada de la música romántica, el baile folklórico y admiradora de la obra pictórica de Wilfredo Lam.
En sus tiempos libres recorría los lomeríos de Sierra de Cubitas y apreciaba las cuevas de esa región del norte de la provincia cubana de Camagüey. Imaginaba las danzas de los aborígenes que habitaban esas tierras rojas sustento de la vida. Pintaba rostros de los primeros habitantes de esa zona fértil.
Es una mujer de sueños realizables y fantasías. Pretende de inmediato poner en práctica importantes proyectos vinculados con el arte. Adora a su nieta Isabella y amorosa madre de dos hijos: Alexander y Naomi de la Caridad.
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