Enviada el 06/10/21 a las 21:47:39 - Obra N° 211006214739
"Mis Viejas Amigas.-" de:
Cada noche caminaba hacia mi lugar favorito, en donde dejaba caer mi cuerpo sobre el tibio calor de los montes, dejando que mis duras penas desaparecieran lentamente, en la espera de mi gran consejera nocturna, que poco a poco se abría camino tímidamente entre las jarillas, trayendo consigo todas sus compañeras.
Ellas cada noche me observan mientras me ahogaba en mi propio mar de penas, murmurándome al oído secretos con un silencio sin igual, que callaban toda voz que gritaba dentro de mi pecho, iluminando mis húmedas y frías mejillas, acariciándolas con una fría briza de verano, quien revelaba un camino de sal, que germinaba cada noche sin parar.
Dejando a simple vista, algo que nadie quería ver, un corazón roto y en agonía, que durante el día se mantenía en absoluto silencio, pero que cada noche, con sus frías amigas, quienes le permitía llorar sin ser juzgada, lograba sanar poco a poco, cada una de sus grietas , que fueron invadidas por innumerables emociones, creando un caos dentro de ella, logrando que cada lagrima derramada, lograra humedecer ese pequeña semilla que se encontraba en lo más profundo dentro de ella, originándose así, un nuevo corazón, listo para amar y ser amado.
Comprendiendo así, lo que mis amigas nocturnas me susurraban cada noche, no existe nada sobre la faz de la tierra que permanezca uniforme ante el pasar del tiempo, todo se transforma constantemente, las estrellas mueren lentamente hasta descender a la tierra, la luna tiene diferentes fases, debido a su cambio de posición respecto a la Tierra y al Sol, las flores germinan y mueren constantemente, los glaciares con el tiempo serán lagos y las montañas con el tiempo serán montes, la piedra que se encuentra a orillas del rio, será desgastada lentamente hasta desaparecer, pero antes de que este suceso inevitable ocurra, el tiempo pulió y transformó esta piedra, obteniendo diferentes versiones de sí misma.
Mostrándome como toda elección, relación o situación que provocamos en nuestra vida, nos enseña y nos transforma, señalándonos que es mejor aceptar lo que paso que luchar contra ello, aceptar que lleva tiempo curar un corazón roto y permitirnos sentir, nos ayuda ah comprender que solo con ellas podremos curar y sanar nuestras heridas, permitiéndonos vivir nuestra efímera existencia de una mejor manera, comprendiendo así que es inevitable permanecer inalterables al pasar del tiempo, y que así como los pétalos de una flor caen y nutren la tierra, nuestras emociones deben manifestarse curando y sanando nuestras heridas, porque esta es la única forma de curar un corazón roto.-