Cabalgando por la Patagonia / R.García

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"Cabalgando por la Patagonia"

Roberto García

Buenos Aires, Argentina
info@argentinaenimagenes.com
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 Volver Como un sueño latente me veo galopando a mi mismo por la estepa patagónica, sin mas a mi alrededor que la libertad de mi ser, una emoción brota de mi cuerpo, tal cual manantial divino, junto a Charli, mi fiel compañero de este galope, nos unimos en uno, para ser por ese instante, libres.

Introducción:
Hace unos meses llego a mi la noticia de que un grupo de amigos se juntarían para realizar una cabalgata por la provincia de Santa Cruz, Republica Argentina, visitando parajes muy poco conocidos para el turista común, escuche aténtame esto y me pregunte a mi mismo si algún día podría yo unirme a una empresa así, pero desde luego desconocía que solo tres meses después, seria uno de los protagonistas de esta historia.

Por esas casualidades que tiene la vida, Jorge, la misma persona que me contaba emocionado sobre esta salida, seria la misma que pondría todo de si para que yo pueda estar.

Conocí a Jorge Cazenave por pura causalidad, el navegando por Internet encontró algunas notas mías sobre orcas y le llamaron la atención, como el es un apasionado de estos temas no dudo en contactarse para felicitarme y brindarme su material fotográfico obtenido en sus avistajes de orcas.

Al cabo de unas semanas nos encontrábamos cenando y no paramos de hablar hasta darnos cuenta de que ya eran mas de las dos de la madrugada… Algo mágico nos unía, y el mayor agrado para mi es que las orcas siempre me unen a gente excelente, como Juan Carlos López, quien fue el precursor de mi carrera y camino, Jorge Conde, con quien comparto la presidencia del Proyecto Fotográfico Libertad y también las orcas me hicieron conocer a Jorge Cazenave, que ha sido el punta pie inicial para que nazca mi experiencia por los senderos patagónicos, sin olvidarme de Rafa, Jaime, y a Cielos Patagónicos, que terminaron haciendo realidad que yo viajase.

Las fotografías que acompañan este hermoso libro, son el fruto de unas extensas horas de cabalgatas y trekking, por sitios muy pocos conocidos, pero que son maravillosos y llenos de armonía, allí el hombre llega poco, y la virginidad se palpita a cada momento, el agua y el aire, mantienen un pureza tan impecable, que todo parece sacado de un cuento de hadas. Por mi condición de fotógrafo, he realizado una gran cantidad de expediciones fotográficas y visitado muchos sitios increíbles, pero lo inhóspito de estos últimos los hace aun mas bellos y mas si sumamos el reto de fotografiar de a caballo, todo se duplica, tanto el riesgo a que las fotografías no salgan como lo pensado, o a caerse por no estar bien afirmado.

Los Caballos de estas zonas conocen muy bien el terreno, ya que ellos nacen en este lugar y no sienten miedo a las extensas bajadas o los barrancos, también pasan muchas horas pastando libremente por el terreno y lo conocen muy bien, pero uno de los puntos mas favorables es como se doman los mismos. Los gauchos utilizan la doma racional, que consiste en tomar confianza con el caballo sin llegar al daño físico, todo se hace despacio y ellos no sienten miedo de nosotros, ya que han tenido una buena experiencia al comenzar a interactuar. Sin la ayuda de estos animales, habría sido muy complejo llegar a realizar esta travesía.

Horas de mi vida he compartido con Charli, que ha sido mi caballo, durante seis días, a el le debo el merito de gran parte de las fotos que obtuve, y si bien no se sentía muy a gusto cuando debíamos parar a realizar alguna toma, pues quería seguir a sus compañeros de tropilla, demostró ser un gran pilar en este trabajo.

Este libro, nos muestra una Patagonia desconocida para muchos y amada por tantos otros, mi intención ha sido plasmar los momentos más bellos que han visto mis ojos a través de mi cámara. Debo reconocer que han quedado muchas fotos afuera, pero creo que las que aquí verán, son las mejores embajadoras de las otras, y por que no también de mis sentimientos que en cada imagen intenté reflejar.

Este viaje me libero, ha sacado lo mejor de mí y lo peor lo he desechado, y he dejado que fluya junto con el viento patagónico, que por primera vez en mi vida he sentido.

Es mi gran deseo que al sumergirse en mis obras, intenten volar junto a nosotros por los cielos patagónicos y sentirse en plena armonía con la naturaleza.    El límite de la fotografía es nuestro propio límite