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Ciencia Ficción

Publicado: 17-02-2009
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Por: Roberto H. Kuper

Buenos Aires, Argentina
    Tweet Una niña de quince años le alcanza al abuelo su telèfono celular. 
Moderno, última generación… carísimo… mil usos. 
Le pide que le atienda cualquier llamado, ya que va a bañarse… 

Con un terror poco disimulado, el señor mira el extraño y pequeño aparatito como si tuviese en sus manos la formula de la bomba atómica.
Quedó solo, rogando para que nadie llamara, ya que desconocía totalmente los pasos a seguir.
Al cabo de un rato, su nieta salio del baño y le retiro el compromiso de sus nerviosas manos. 

Respiro aliviado y se puso a pensar en cuanto artefacto incomprensible para su realidad actual, que clara para todo lo que hasta ayer mismo le servia perfectamente para los mismos fines… hoy no alcanza a comprender .Así miro de reojo la video casetera, que hace solo unos años le costara llegar a entender, especialmente para grabar o programar el encendido, cosa que aun no tiene perfectamente clara. 

Y como si esto fuese poco, ahora han aparecido otras maquinas endemoniadas, llamadas reproductoras y grabadoras de D.V.D.
Hasta el encendido va todo bien, pero al instante de conseguir determinar el idioma y el inicio, la cosa se pone brava.
Encendiendo a cada instante la luz para consultar el control remoto, ahora con mil botones, mientras la esposa… mas neófita que el , lo reprocha y le advierte que la película comenzó por la mitad, ya que los números de avance marcan mas de ocho mil.
Y para el colmo de los males, los manuales están escritos en chino o japonés. Eso si, en la segunda mitad del folleto, aparecen traducidos al inglés.
A todo esto sumemos el acondicionador… los equipos de audio… y la reina indiscutida, actual, traidora, cara, útil… pero incomprensible, llamada computadora o P.C., con sus accesorios que aumentan nuestro desconcierto. 

Esta maravilla nos llegó a los de la tercera edad, para hacernos pensar como el progreso nos esta pasando por encima. 

Internet, chateo, pasword, virus, adobe photoshop… y cientos de palabras inglesas que nos obligan a consultar viejos diccionarios, que también las desconocen, haciendo que no las lleguemos a dominar y que seguramente ellas nos dominarán a nosotros. 

Cuando lucho con este adminículo, tratando de descifrar lo indescifrable para nuestras
mentes sencillas, debemos recurrir a nuestros nietos de no mas de diez años, para que
nos aclaren montones de errores, que no solo cometemos, sino que nos recriminan constantemente en pantallas alcahuetas que nos asustan , con frases como… “usted a
incurrido en tal error”… “no ha cerrado correctamente el equipo”…etc. etc.
Para terminar el desconcierto, nuestra mujer nos dice a cada instante…¿Por qué no te anotas en un curso?. 

En fin, como diría nuestro recordado Wimpy.
Nosotros todavía le estamos cantando a Gardel y Sinatra y los chicos de hoy le cantan a Yakira o Charly Garcia.
Y la historia la escribe Ray Bradbury… (creo que esta bien escrito)…bah… 

Todo esto es pasajero… o no, que opinan. 

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Nota aclaratoria: si bien este cuento está escrito en primera persona lo mismo no indica que el personaje sea quien firma.
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