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LA PEPONA

Publicado: 21-07-2009
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Por: Mónica zíngaro

Buenos Aires
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Ella entró en sala de 4 a ese jardín, su mamá la vio un instante y eso bastó para darse cuenta que  un día de adaptación era suficiente con esa nena.
Ella se sentó en la mesita en miniatura de la sala, alrededor vio a sus amigos y agarró una caja y empezó a repartir juguetes:
-Este para vos, este para vos…-
Nunca más miró a su mamá que la espiaba por la pequeña ventanita. Se hicieron las 5 de la tarde y la nenita salió contenta y se fue con una sonrisa a su casa…Es que ella tenía unas ganas enormes de empezar el jardín!
 
Todos los días, dormía con su muñeca, su juguete más preciado que le habían regalado cuando apenas había nacido. La metía adentro de su camita, en esa habitación rosa con sus cortinas llenas de florcitas. La abrazaba y tapaba con su sabanita.
 
La muñequita  tenía sólo la cara de plástico,  no de muy buena calidad. Todo su rostro estaba escrito con fibras de varios colores.  El cuerpo, tanto brazos, piernas y torso, estaban rellenos de telgopor. Era una muñeca sencilla pero muy valiosa para esa nena.. Y hasta estaba sucia o gastada mejor dicho….Su ropita era un cangurito con gorrito verde de una especie de pana sintética, verde seco más específicamente.
 
Al año siguiente la nenita  pasó a preescolar. La sentaron en la cabecera de una mesa larga rodeada de sus amiguitas…Desde su asiento podía espiar la cocina del jardín, donde Josefa les hacía el mate cocido. Era todo distinto en sala de 5: para empezar eran los más grandes…Había letras y números escritos por todos lados (ellas los conocía a TODOS). Había juegos de grandes y existía el rincón de los juguete, el favorito de todos chicos todavía
 
Un día la señorita pidió a los nenes que trajeran el juguete favorito. Ella se fue a su casa y se lo dijo a la mamá:
-Voy a llevar a la pepona al jardín y cuando termine el colegio, la traigo de nuevo a casa-
-No, hijita ese juguete no- le dijo la mamá
Pero ella testaruda dirían unos, segura e independiente aseverarían otros le dijo:
-Voy a llevar a la pepona porque pidieron que lleve mi juguete favorito mamá! Y eso haré-
 
Así fue…Estaba dispuesta a no dormir más con su muñequita HERMOSA…Pero iba a estar en su Jardincito…Dónde mejor la cuidarían sino? Y podría verla todos los días…Y mostrársela a sus amiguitos, muy orgullosa de su muñeca favorita.
 
El último día de entrega de juguetes, la dejó donde correspondía apenas entró una mañana. La abrazó y dio un besito; al dejarla en esa bolsa que había dicho la Seño, la miró y sonrió de oreja a oreja, feliz.
Se sentó en la mesita de siempre, y el día transcurrió con normalidad…La nena estaba ansiosa, pronto inaugurarían el “Rincón de los Juguetes” con todos los chiches que los nenes estaban llevando. Después del primer recreo la seño contaba un cuento. La nena miraba a Josefa, que estaba limpiando y…Metiendo en un tacho, parecido al de basura juguetes viejos!? La seño llamó a la nena porque advirtió que estaba distraída justo en el momento que le pareció ver cómo tiraba Josefa  a la Pepona en ese lugar!!
Esa noche no pudo dormir, sin la Pepona y con eso que sus ojitos inocentes habían visto sin querer! Lloró y se quedó dormida.
 
Inauguraron al día siguiente el rincón tan esperado. Fue corriendo la nenita, mientras sus amigas sacaban sus juguetes favoritos (bebotes, flaquitas,…). Buscó y buscó y nada. Habló con su mamá cuando llegó a su casa y lloro y lloró. Le explicó, la mami sin dudarlo fue a hablar al Jardín…
La nena no paraba de llorar por las noches, no tenía ganas de ir al cole, no tenía ganas de comer, ni de jugar con sus chiches: estaba triste. La mamá y el papá salieron por todas las jugueterías a buscar juguete similar y después de varios días la consiguieron.
Llegaron a su casa y le dieron el juguete a la nena, quien abrió el paquete y vio en ropita azul una muñeca exactamente igual a su Pepona…
-Estás contenta?-inquirió su mamá
-No mamá-dijo la nenita-esta no es mi hija.
 
Esa noche, la mamá decidió contarle un cuento a su hijita. Fue a su camita y se sentó sobre el acolchado rosado. Agarró su manita y empezó:
“…Había una vez una Pepona, que vivía con una nena que se llamaba Mony, eran felices. Un día sin querer la botaron al cesto de basura. Esa bolsa viajó y viajó y llegó donde tiraban las bolsas los camiones de basura. Allí vivía un señor con una hijita. Eran muy pobres y la nena abrió esa bolsita y encontró la que ahora es su muñeca favorita…”.
 
Mony estaba dormida…Y soñó con su muñeca y con su nueva dueña. Sintió que La Pepona era feliz y nunca más la recordó con tristeza. Siempre la recordará como la mejor muñeca que tuvo en toda su vida.-
 
El regalo es para vos Seba …(Y para Aurora, mi mamá, GRACIAS por siempre intentar entenderme y lograr hacerme sentir feliz a pesar de las “volteretas” de la vida).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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