FotoRevista-->Notas y Noticias de Fotografía-->Cuentos, Anecdotas, Letras y Leyendas La Foto Misteriosa
Publicado: 05-11-2009
2482 visitasPor: Roberto Kuper
Buenos Aires, Argentina
LA FOTO MISTERIOSA de Roberto H.Kuper
Hace poco más de un mes, me puse a revolver mis cosas… escritos, cartas, dibujos y lógicamente fotografías… antes de que los que vengan detrás llamen a Manliba o alquilen un
volquete para hacer lugar para las nuevas cosas que como las urracas se seguirán juntando…hasta la próxima generación.
La mayoría de las cosas… nos duele deshacernos de ellas, dado nuestro metier, especialmente las viejas fotos familiares, que serán acariciadas con los dedos y con los ojos, trayéndonos recuerdos de tiempos pasados.
En esa tarea me encontraba, cuando una viejísima foto me llamo la atención…¿quién es esa persona?
Con Tita, mi señora, nos pusimos a recorrer el espinel de nuestros antepasados sin poderlo ubicar, estudiando la toma fuimos analizando la escena…una casa muy humilde típica de la Boca…sobre la mesa una botella seguramente de vino espumante…una copa…el personaje por su ropa y por el tipo de fotografía nos retrotrae posiblemente al año 1900. La foto denota por los garabatos realizados sobre ella, la presencia de una criatura.
Observando el dorso de la misma, vemos que la copia fue realizada sobre una tarjeta postal de origen Francés, sin leerse fecha alguna y continuando con los trazos de crayones negros y azules… como si un niño lo rechazara con bronca… deducimos por su físico y su rostro, de lineas netamente genovesas… que podría tratarse de un ancestro de Tita.
Nos produce una rara sensación el tener en nuestras manos, esa imagen de alguien…seguramente un familiar, que nos está mirando con el mismo interés que nosotros a él… y por ende a través del tiempo y la distancia podamos tener un contacto casi físico con un ser que
seguramente albergaba en si nuestros mismos genes… y gracias a estos documentos invalorables que son las fotografías, volvemos a encontrarnos con alguien que desde el mas allá nos incitó a realizar la tarea de buscarlo y depositarlo nuevamente con sus seres queridos
luego de varias generaciones…y así no ser olvidado por completo y volver a ser alguien en la familia.
Esperando tenerlo con nosotros… aun sin apellido, seguimos buscando… habiendo pasado casi dos meses del hallazgo… al recibir la visita de una lejana tía de mi señora, al ver la foto que había pasado a ocupar un lugar entre nuestros reconocidos parientes… tomó la vieja imagen en sus manos y riéndose nos dejo pasmados con su noticia… el sujeto era un mal viviente que un chasirete de la época había logrado copiar de un periódico del 900…
Discretamente lo retiramos del lugar que varios meses atrás había ocupado con malas artes… y pasó a seguir cumpliendo la condena que la justicia de aquel entonces le había impuesto…
Haráca la cana… ya esta otra vez en gayola en la caja de viejas fotos… donde seguirá purgando su delito…seguramente de cadena perpetua… casi se escapa del largo brazo de la venganza familiar…
Good by baby…
FotoRevista no asume ninguna responsabilidad por el contenido esta nota,
siendo su autor el único responsable de la misma. Comentarios recibidos (2)
- 12/11/09 17:05:04
una nota muy amable, que en el fondo tiene algo muy importante, y es el de buscar en las viejas fotos,antecedentes de nuestro arbol familiar.A veces una postal,una carta o una foto, nos dan la pista de parte de la familia que ya no estan pero que fue la base y los cimientos en que se amplio nuestro linaje.
/ Es muy util, abrir un programa www.geni.com
/ que permite reunir toda la informacion y fotos y ver como a veces un dato nos lleva a ubicar nuevos miembros que no conocimos, pero de los cuales llevamos dentro algun gen comun.
tzvi katz / web / IP: 77.126.6.104 - 08/11/09 19:03:13
gracioso tu cuento,a todos nos ha pasado alguna vez no reconocer a alguien.gracias por entretener a traves de este espacio.fellicitaciones.
beatriz di marzio / IP: 201.255.92.224
Los comentarios están cerrados para esta nota. También te puede interesar
14/04/2023 Tecnicapor Marcelo Caballero
El límite de la fotografía es nuestro propio límite