Rodas, del griego rhodos - rosa
En la vasta extensión muy azulado del Egeo sureste, se encuentra el Dodecaneso. Aunque su nombre griego equivale a doce islas, el grupo se compone de muchas más, destacándose la colosal y mítica Rodas, con sus angostas callejuelas pavimentadas con guijarros cincelados por el mar, casa con pórticos y arcos; notables reminiscencias de las distintas civilizaciones que la habitaron (dorios, persas, árabes, turcos, sarracenos e italianos entre otros) los cuales le imprimieron su sello resultando un mosaico cultural armónico. Las vistas de la ciudad desde la zona del puerto son magníficas , con los alminares del barrio turco al fondo. Mercaditos en el que se vendían diversos artículos, entre los que llaman la atención la gran variedad de esponjas marinas. Desde el puerto se entra a la ciudad antigua por la imponente puerta de Santa Catalina (también llamada de la Marina), adornada con la flor de Lis sobre el escudo de la orden. La puerta está flanqueada por dos altísimas torres.
Ingresando se llega a la plaza Ipokratous , decorada con una fuente turca y en la que se encuentra la galería de los Mercaderes, un edificio de comienzos del XVI utilizado como lugar de reunión y como sede de tribunal para litigios comerciales.
En esta plaza hay una gran vida ya que está situada al final de la principal arteria comercial de la ciudad vieja: la calle Sokratous. Está el barrio turco . Recorriendo esta calle llena de tiendas y restaurantes se llega a la zona de las mezquitas: la antigua mezquita del Aga, la mezquita de Mustafá (siglo XVIII), el baño turco (siglo XVIII) o la mezquita de Soleimán, transformada en iglesia y con un elegante pórtico renacentista italiano.
Las mezquitas conviven con algunas iglesias construidas en este barrio. También hay levantada una torre del Reloj o campanario a la que se puede ascender a contemplar las vistas. Un pasadizo junto a la torre muestra un panorama asombroso y bello del barrio turco, con sus cúpulas y torres.
Metiéndose por alguna callejuela a través de algún pórtico, se siente tranquilidad al no estar rodeado de tantos turistas y se disfruta de la bella arquitectura
Tambien está el barrio judío y es donde uno se puede imaginar la mezcla tan enriquecedora de culturas que había en la isla antiguamente
El casco antiguo de la ciudad se halla en el puerto de Rodas, Mandraki está rodeado de una muralla medieval que lo defendía, es una de las fortificaciones mejor conservadas del mundo - La ciudad moderna se extiende fuera de esas murallas, y es de calles anchas, grandes hoteles, bellos edificios - Un gran contraste entre ambas