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Presentación del libro ANTARTIDA, los colores del desierto frío

Publicado: 20-08-2009
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Por: Marcelo Gurruchaga

Buenos Aires, Argentina
http://www.marcelogurruchaga.com    Tweet El miércoles 26 de agosto a las 18,30 se presenta el libro fotográfico “Antártida – Los colores del desierto frío” del fotógrafo Marcelo Gurruchaga.

Presentarán al autor la artista plástica Andrea Juan y el escritor Juan Sasturain.
Participará como invitado especial el músico Alejandro Oliva.

La presentación se desarrolla en el marco de la muestra “Bordes geográficos”, donde Gurruchaga expone junto a Andrea Juan y Marina Curci.

UADE ART INSTITUTE
Lima 717 – Edificio Lima I – Salón auditorio.

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Marcelo Gurruchaga se dedica profesionalmente a la fotografía en los campos de la publicidad, la arquitectura y la naturaleza; se interesa y trabaja en cuestiones patrimoniales, tanto naturales como histórico-culturales, desde hace más de 25 años.

En el año 2005, editó un libro sobre la Isla de los Estados, la isla en donde Julio Verne situó su novela “El faro del fin del mundo”. Esta isla que pertenece a la Argentina, está situada al este de T del F, es decir al sur de America del Sur. Allí, mientras sacaba fotografías para su libro, al mirar hacia el sur lo único que podía Marcelo Gurruchaga ver era un horizonte nítido que dividía en dos el cielo y el mar. Se preguntó entonces ¿Que había más allá de ese horizonte que ahora captaba la lente de su cámara? Y así comenzaron sus viajes a la Antártida: con una pregunta, un desafío, un misterio a resolver.

La historia antártica ha sido escrita por hombres que nos deslumbraron con sus proezas, valentía y su espíritu de investigación, que desafiaron el clima extremo y padecieron catástrofes y naufragios. Hasta 1603, el continente antártico sólo existía en la imaginación de los pioneros. En ese año, Gabriel de Castilla -derivado por una tormenta cuando navegaba en el extremo sur de América- logró divisar lo que serían las islas Shetland del sur. Desde entonces, balleneros y foqueros ávidos de nuevas zonas de caza para explotar, se atrevieron a navegar hacia el sur. Sin embargo, a pesar de estas incursiones, el continente blanco se mantenía en el misterio con la complicidad de estos hombres ambiciosos y aventureros que en ocasiones perdían la vida y que aún si volvían mantenían el secreto de sus descubrimientos. Años después, a estos primeros navegantes guiados por el afán comercial se sumarían audaces misiones de exploración y expediciones científicas patrocinadas en sus países de origen con la promesa de enormes ganancias. La ciencia, la especulación, la exploración, la investigación y el comercio se mezclaban en viajes con orígenes y fines diversos.

Empapado de todas aquellas historias y relatos de estos viajeros, en el año 2006 Marcelo Gurruchaga embarca en el rompehielos Irizar de la armada argentina, para cruzar el mítico Pasaje Drake. El mismo que aquellos intrépidos navegantes habían desafiado. En ese primer cruce, el Pasaje Drake se mostró en todo su esplendor y con toda su furia: la proa del rompehielos se elevaba en las olas para caer con estrépitos sobre el mar. Marcelo Gurruchaga fue llevado al continente Antártico por manos expertas, en un barco dotado de todos los adelantos tecnológicos y de comunicación… difícil era para él imaginar qué sintieron aquellos que llegaron a esas tierras y se aventuraron más allá de todo lo que hasta ese entonces se conocía, que se aventuraron a navegar sin referencia y sin conocimientos previos hacia la nada.

Luego de ese primer viaje en el año 2006, Marcelo Gurruchaga realizó otros, en el rompehielos Almirante Irízar y en el buque de exploración Ushuaia, visitando la totalidad de las bases argentinas y algunas de otros países.
Llegar al continente, recorrer las bases, compartir con toda la dotación del buque y los científicos y personal de a bordo, son parte de una experiencia única, de un anecdotario y, para Marcelo Gurruchaga, el nacimiento de sentimientos muy difíciles de describir.

Los colores de la Antártida cambiaban minuto a minuto, los hielos, los atardeceres y amaneceres, los cielos azules y los nublados y las brumas se le presentaban como una paleta que deslumbraba. De esta forma, para Marcelo Gurruchaga, las fotografías tomadas sólo representan en forma muy parcial y acotada la grandiosidad de este continente que contiene en sí, la grandeza de lo infinito y la angustia de la finitud.

Su viaje a la Antártida comenzó con una pregunta y terminó con la certeza de que allí, en el desierto más desierto del planeta, somos un punto en la naturaleza.

Las fotografías fueron realizadas con equipos digitales Nikon.
Se trata de tomas directas, realizando sólo ajustes de contraste respetando la toma y los colores originales.
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